Feministas de Abya Yala: “Primero de Mayo feminista, plurinacional, transfronterizo, rebelde”

Compartimos el manifiesto de las compañeras de Abya Yala (nombre del continente que después de su colonización fue conocido como América) con motivo del Primero de Mayo:

Las feministas del Abya Yala vivimos como parte de nuestra memoria colectiva, rebelde, cada 1º de Mayo.

*Porque somos clase trabajadora.

*Porque somos pueblo.

*Porque como trabajadoras, seguimos reivindicando la necesidad de terminar con los modos esclavos, alienantes y precarios de aquel trabajo que llaman productivo, quienes creen que lo único “productivo” es la creación de mercancías. Para nosotras, el trabajo es todo el esfuerzo que realizamos día a día para sostener y defender la vida, para crear un mundo donde quepan muchos mundos, donde todas, todos, todes puedan vivir con dignidad. En nuestro horizonte vamos soñando y creando un mundo donde alguna vez no haya mercancías, ni mercado capitalista, ni enajenación. Un mundo donde el vivir bien se vuelva costumbre, la comunidad sea nuestro cordón umbilical con la sociedad, nuestros territorios cuerpo y tierra sean autónomos y libres.

*Porque como trabajadoras, seguimos exigiendo que se reconozca nuestro trabajo invisible, en jornadas extenuantes de cuidado de las familias, de las comunidades, de la Tierra, de la vida. Es un reconocimiento que se expresa en un conjunto de derechos que nos faltan como cuidadoras, y también en la posibilidad de reconsiderar cómo se constituye hoy el patriarcado del salario, y los alcances y distribución de las tareas de cuidado.

Las feministas del Abya Yala fuimos y somos parte de cada 1º de Mayo, llevando a esta fecha la valoración de la memoria histórica de las luchas anticoloniales, antirracistas, anticapitalistas, antipatriarcales. Todas las luchas son parte de la memoria larga y de la memoria reciente de nuestros pueblos, que las mujeres transmitimos de generación en generación. Nuestras ancestras han abierto el camino, y nosotras lo seguimos caminando. Por eso decimos también, que somos parte de un poderoso grito de Nunca Más dictaduras, Nunca más golpes de estado, Nunca más invasiones y guerras imperialistas.

*Denunciamos el golpe de estado y la dictadura en Bolivia. Exigimos juicio y castigo para los responsables de la violencia patriarcal y colonial contra las mujeres de pollera, de las masacres contra las comunidades, de los crímenes de lesa humanidad. Libertad a los presos y presas políticas en todo el continente y el mundo. Basta de impunidad.

*Denunciamos el narcogobierno terrorista de Honduras. Exigimos justicia para Berta Cáceres y para todas, todes, todos los asesinados por los regímenes beneficiarios del golpe de estado, que hoy continúan a base de fraudes, estafas, y violencia.

*Denunciamos a los malos gobiernos del Abya Yala. Exigimos que cesen de perseguir a las defensoras de la Tierra y de la vida. Que garanticen el retorno de las desplazadas de sus comunidades y de sus países. Que aseguren la posibilidad de regreso de Lolita Chávez a Guatemala, y el de cientos de compañeras expulsadas por las políticas de muerte.

*Abrazamos todas las rebeldías, en cualquier rincón del planeta. A las mujeres, lesbianas, travestis, trans protagonistas junto a lxs jóvenes, en la primera línea de la rebeldía chilena, al levantamiento del pueblo mapuche y de los pueblos originarios en Ecuador, y en todo Abya Yala, a la revolución de las mujeres kurdas, a las mujeres que defienden y construyen el horizonte socialista en la Revolución Cubana y en la Revolución Bolivariana. Somos plurinacionales, sin fronteras, insurrectas ¡desde el Abya Yala, hasta Kurdistán!

En la emergencia de la pandemia del coronavirus, este 1º de Mayo será diferente.

La mayoría estamos viviendo las medidas del aislamiento físico, pero no accedemos a las posibilidades de resolver la alimentación, la salud, la vida en condiciones de hacinamiento. Esto es más grave en las villas, en las favelas, en las poblas, en los territorios empobrecidos donde las poblaciones han sido vulnerabilizadas hasta el límite, antes aún de la pandemia. Exigimos que los gobiernos no miren para otro lado. En este contexto la importancia de los comedores y merenderos populares, que en algunos casos han duplicado la cantidad de gente que acude en búsqueda de un plato de comida, son quienes con organización y lucha cotidiana, están bancando las mayores necesidades de nuestro pueblo más humilde. Somos las mujeres, las lesbianas, las travestis, las trans, quienes estamos poniendo el cuerpo una vez más para armar redes que lleven alimentos a cada casa, que verifiquen donde estan las personas mayores y en qué condiciones se encuentran. Somos las mujeres, las que estamos en la primera fila de la lucha por la vida, cosiendo barbijos, fabricando y repartiendo los elementos para la limpieza y el cuidado de la salud.

La cuarentena intenta convertir el espacio privado como el centro de nuestra rutina. Pero para la mayoría de nosotras, el hogar no es un lugar de descanso sino de trabajo. Vivimos la sobrecarga del cuidado físico, emocional y económico. Para las mujeres y las niñas, la casa sigue siendo el espacio más peligroso, donde se convive con los agresores. Las medidas de aislamiento nos exponen a padecer delitos sexuales, feminicidios, violencia machista / patriarcal, que opera a través del silencio y la impunidad. También continúan y se incrementan los travesticidios, y los crímenes de odio. Basta de feminicidios. Basta de travesticidios. Exigimos que se tomen medidas de excepción para proteger a quienes han realizado denuncias de violencia de género.

Este 1º de mayo, gritaremos fuerte donde estemos, para exigir que los gobiernos cumplan con su responsabilidad de garantizar una vida digna para todas las personas.

En el ámbito de la salud, al igual que en todos los sectores laborales, se observa la división sexual del trabajo. Esto implica que las medidas drásticas afectarán especialmente a las mujeres, que son población mayoritaria dentro de las/los trabajadoras/es de la salud, especialmente en aquellas disciplinas que mantienen contacto más directo con la población el índice de feminización es aún mayor. Por otra parte, los sistemas de salud están redirigiendo los recursos de los servicios de salud sexual y reproductiva, y el acceso de las mujeres y personas gestantes a la interrupción legal del embarazo, la atención prenatal y otros servicios esenciales están siendo afectados negativamente. Expresamos nuestra solidaridad con las y los trabajadores de la salud, que están en la primera línea de la batalla sanitaria, luchando para cuidar a las personas enfermas de covid-19. Nos solidarizamos con sus exigencias de aumento de salarios y de condiciones básicas de cuidado en hospitales y centros de salud, por el aumento de inversión estatal en la salud pública y por el acceso universal a la salud.

Una situación particularmente grave están viviendo las mujeres en las cárceles, así como toda la población privada de libertad. En varias cárceles hay resistencias. Ahí están nuestras hermanas empobrecidas, víctimas de la violencia del servicio penitenciario y del abandono de los gobiernos. Exigimos que se deje de reprimir en las cárceles, que se ponga en libertad a quienes tienen condiciones por penas bajas, porque están al cuidado de sus hijos e hijas, porque están a punto de cumplir sus penas, porque no tienen sentencia. Que se descomprima la población carcelaria, y se aseguren las condiciones para el aislamiento con salud a quienes quedan en las cárceles. Que no se vuelvan campos de exterminio. Sostenemos la necesidad de que queden excluidos de las libertades transitorias y prisiones domiciliarias, debido a la pandemia, los genocidas, los femicidas, los que han cometido crímenes y violencia sexual contra mujeres, niñas, niños, travestis, trans.

Muchas de las mujeres, lesbianas, travestis, trans, vivimos del trabajo o de la realización de actividades de sobrevivencia, en las calles. La imposibilidad de continuar con las mismas nos coloca en los límites de la desesperación. Especialmente afecta esto también a las mujeres, travestis, y población migrante. Exigimos medidas especiales para responder a las necesidades y urgencias.

Las mujeres de las comunidades originarias, denuncian que siguen sin agua, y sin alimentos. ¿Cómo saturás de información para que se laven las manos, si no garantizás las posibilidades de hacerlo? Queremos denunciar en particular el genocidio de Estado contra los pueblos indígenas en Colombia.

A pesar de la pandemia, las empresas siguen cerrando y dejando en la calle a trabajadoras y trabajadores, que cuando salen a denunciarlo son reprimidos. La alianza histórica del capital y los gobiernos, genera desesperación en miles de familias. Exigimos que se reintegre a todas las personas despedidas, y que se suspenda todo tipo de cierre de empresas.

No tenemos fronteras. No tenemos miedo. Este 1º de mayo, estaremos haciendo un gran ruidazo, desde los lugares en los que estemos, para sumarnos al paro feminista plurinacional, transfronterizo, mundial.

Somos mujeres, lesbianas, travestis, trans, cuerpas en fuga del héteropatriarcado, que luchamos, que gritamos, que denunciamos, que tenemos memoria, que tejemos redes, que vivimos con alegría a pesar de los dolores, que sembramos esperanza, que sabemos amar.

Abya Yala, 1º de mayo, 2020

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